
Patrimonio religioso de La Puebla de Cazalla (II): el convento. La iglesia y monasterio de Nuestra Señora de la Candelaria

En nuestro recorrido por el patrimonio religioso de La Puebla de Cazalla, hacemos hoy parada en uno de sus templos más queridos y frecuentados: el Convento de Nuestra Señora de la Candelaria. Aunque también conocido como convento de San Francisco o de la Victoria, este edificio no solo ha sido lugar de culto, sino también testigo y protagonista de buena parte de la historia local.
“El Convento ha sido siempre un lugar especial para La Puebla, donde historia y devoción se dan la mano.”
Fundado el 1 de febrero de 1555 por el IV Conde de Ureña, Don Juan Téllez Girón, su origen se vincula al mecenazgo religioso y cultural que el Conde ejerció en varias localidades andaluzas. Fue entregado a la Orden de los Mínimos, religiosos mendicantes conocidos por su vida austera. La ubicación elegida, a las afueras del núcleo urbano de entonces, marcó la expansión urbana posterior, originando calles hoy centrales como la actual calle Victoria.
El convento no solo destacó por su función religiosa, sino también educativa: sus frailes apoyaban a la Universidad de Osuna, un privilegio del que pocos templos podían presumir. A lo largo del tiempo, sufrió diversas vicisitudes, desde la ocupación durante la Guerra de la Independencia hasta la Desamortización de Mendizábal, que supuso la desaparición de los frailes en 1835.
Desde entonces, el convento ha sido casa de hermandades como Jesús Nazareno, la Vera Cruz, o el Santo Entierro, y lugar de referencia para celebraciones litúrgicas y procesiones. La simbiosis entre el templo y la Plaza del Convento alcanza su punto álgido durante la Semana Santa, cuando espacio, luz, música y devoción se funden en una experiencia única.
El convento presenta una fachada de gran arco de medio punto, coronada por una ventana circular. Su torre, adosada a la izquierda, consta de tres cuerpos y destaca por su decoración cerámica del siglo XVIII.
En su interior, sobresale el retablo mayor, barroco y dorado, dedicado hoy a la Divina Pastora. En la capilla del Santo Entierro encontramos tallas del siglo XVIII y una reja de 1856. También destacan los retablos de San Antonio, San Francisco, y el del Cristo de la Vera-Cruz. No podemos olvidar la imagen de la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad, ni la de Nuestra Señora de los Dolores, obra de Montes de Oca (1718).
La sacristía conserva una cajonería del siglo XVIII y un cáliz de plata fechado en 1849, realizado por los plateros Prolongo y Leal.
Hoy, como ayer, el Convento forma parte inseparable de la vida espiritual y cultural de La Puebla de Cazalla. La visita de los viernes, las celebraciones, las procesiones y las emociones compartidas entre su interior y su plaza siguen tejiendo una tradición que se renueva en cada generación.